La sorpresa ha perdido su naturaleza a fuerza de hacerse cotidiana y en nuestro país pueden ocurrir muchas cosas pero jamás el fastidio. Terreno fértil y de interés para la investigación social. Entre angustias e incertidumbres nos vamos haciendo y el referendo es una prueba de nuestra capacidad para bordar, a veces con finuras, a veces con manos gruesas los linderos los linderos entre la bondad y la violencia.
El domingo habrá que anotarlo como el inicio de una nueva etapa en la que se cosecharán grandes aprendizajes.
Tomar la calle sin frisarla de sangre. Multitudes no vistas antes cruzaron las ciudades y se cruzaron varias veces entre sin mayores costos (Salvo en la ocasión del golpe de estado, cuando la violencia fue incursión extraña ).
Organizarse como manera de emanciparse y asumir responsabilidades. La organización de base se ha mostrado como realización de la democracia con una gran potencias. Con tonos de oposición o de gobierno, asambleas de ciudadanos, círculos bolivarianos, grupos de defensa de los derechos humanos, organizaciones no gubernamentales de muy variado perfil, propósitos y maneras de funcionar han proliferado creando la doble conciencia de criticar y exigir y al mismo tiempo asumir la función no delegable de sentirse los actores de soluciones y producciones sin seguir esperando, manumisamente, la caridad del estado. Mas que las tradicionales organizaciones de vecinos y pobladores para pedir y presionar para que otro haga, se muestran las organizaciones como actores sustantivos, con iniciativas, propuestas y cursos propios de ejecución.
Este aprendizaje, esta manera de obrar bien podría ser el signo mayor de esta nueva etapa: la comprensión del país como convergencia de diversidades como comunidades organizadas, hacia la conformación de ese estado de conciencia y acciones consecuentes que sería el gran proyecto.
Hemos estado aprendiendo a pasar de los debates agresivos, o de las agresiones gratuitas y sin debates, al difícil arte de dialogar o discutir con o sin agenda en la búsqueda de aclarar acuerdos y diferencias. Las posiciones y decisiones autoritarias, inconsultas, en ignorancia de los otros han mostrado sus calidades efímeras, de la magra duración que el poder arbitrario les otorga. Las maneras tradicionales del liderazgo político se ha agotado.