DESDE COLOMBIA VENDRAN LOS PRECIOS Y LA COMIDA. LOS MILITARES CUIDARÁN EL ORDEN DE LA TRANSICIÓN

Arnaldo Esté

01 de Agosto de 2016


Lo que veo venir sin estar de acuerdo con ello y que pareciera ser lo que se estuviera negociando.

Según puedo interpretar a ciertos calificados economistas y a las acciones recientes del gobierno, la apertura de la frontera con Colombia es parte de un conjunto de medidas y decisiones orientadas a unificar el cambio, satisfacer las demandas de alimentos y medicamentos y remendar la crisis y, eventualmente, a un remake de cierta institucionalidad.

El gobierno de Maduro sale, bien sea con el referendo 2016 o 17. Es muy posible que se dé lo del 20%, que hoy sabremos sí va. Eso puede resultar en un plebiscito al presentarse más de 7 millones de firmantes. De ser así Maduro resultaría deslegitimado y mucho más proclive a negociar, incluso renunciando y delegando en Padrino, más aún si resulta derrotado en el referendo 2017.

Es el camino hacia un gobierno de transición que podría quedar en manos reales de Padrino. Lo que explica su despliegue de fuerzas y generales por todo el territorio. Padrino podría convertirse en el nuevo mesías, cosa a la cual los venezolanos siguen aferrándose.

Podría haber un presidente formal y tutelado, perfil que no se nota en los candidatos actuales. El posible triunfo de la MUD en el referendo podría radicalizar a algunos de sus componentes, lo que haría más difícil la transición.

El precio del dólar SIMADI / DICOM ha venido subiendo y parece que lo seguirá haciendo (lo propician), acercándose al paralelo, cuyo precio también se forma en Cúcuta.

Así que, económicamente, se unifica el cambio y entran importaciones. Los importadores venezolanos o lo exportadores colombianos terminarán negociando un tráfico que pudiera ser en pesos o bolívares, según convenga.

Los precios escalarán muy rápidamente, se dolarizarán (ya está ocurriendo). Lo que no ocurrirá con los salarios sino muy lentamente. Eso pudiera provocar estallidos para lo cual sería necesaria una maquinaria militar de represión preventiva o eventual.

Se buscará una manera de compensar a los más pobres con alguna tarjeta o subsidio, tal vez directo.

Se gestionarán empréstitos internacionales y programas de negociación de la deuda interna y externa.

Los acuerdos políticos podrían marchar en una dirección paralela. Ese cambio económico (que debería venir acompañado de un programa de financiamiento internacional), supondrían otras rectificaciones mayores y un repliegue de las pretensiones chavistas.

Ese gobierno de transición convocará a unas elecciones generales luego de lograr alguna estabilización y la asimilación de los graves golpes del cambio económico.

El acuerdo incluiría la no retaliación o venganza. El olvido (o postergación) de la corrupción.

Luego del período de transición habría que emprender la reconstrucción integral del país: ética, social, económica, institucional, todo lo cual, y que es lo más importante, no parece estar contemplado.