DESDE EL VENTAJISMO HASTA LA COMPULSIÓN POLICIAL

Arnaldo Esté

arnaldoeste@gmail.com

@perroalzao


No es ya el uso ilegal, doloso, de los bienes de la nación, del Estado para proselitismo, propaganda y relación rentista-populista.

Se ha dicho muchas veces: el poder embriaga de tal manera que deja de ser percibido como una opción y pasa a ser considerado una manera de ser. Así toma a la gente como una inercia propia, un despeñadero, un barranco en caída que adquiere propiedades independientes.

Oí a uno de los personajes de mayor poder, en su estilo jaquetón y prepotente, describir la táctica seguida para elaborar listas (recuerden la lista de Tascón) con nombres, cédulas y direcciones de los diez que cada uno de los fieles debería garantizar, reclutar, obligar, chantajear para que fuera a votar. Es decir, una cadena de oprobio que resume en lo que ha devenido la "democracia participativa y protagónica". Así, cada reclutador será protagonista policial de sus amigos o vecinos.

Esa inercia del poder como curso final, es ahora el peligro mayor. Es una violencia en ejercicio que se apodera de los personajes. Tal como aparece en la gran literatura "vasto lago de sangre me circunda, y ya de sus orillas tan distante me da igual retroceder que seguir adelante". Se chapotea en un lago de poder tan atrapante, que se filtra en todas las relaciones. Incluyendo, por supuesto, a las de los mismos actores del gobierno y sus partidos. Cada quien, me imagino verlos, preguntándose en el curso de una conversación: ¿Cuándo este tipo terminará echándome paja? Aún no es una dictadura. Pero estos son los trazos de su génesis. Las circunstancias atrapan a sus personajes y las perspectivas dejan de percibirse.

Es una suerte de ética mafiosa que garantiza la fidelidad de los integrantes.

Por mi oficio insisto en el tema educativo y sus soportes éticos y filosóficos, e insisto en la fuerza del modelaje y el ejemplo. Mucho más que la prédica o la información. Más que las lecciones y dictados, inciden en la formación de los estudiantes los ambientes de aprendizaje, lo que ocurre finalmente en las aulas y escuelas. Así, el ejemplo que nos están dando estos gobernantes, agregándose a sus muchos fracasos y deficiencias, es funesto. Legitima la mentira, la compulsión y el chantaje y, con todo ello, la violencia y el delito cotidiano. Daño de mayor tamaño y duración que los económicos, con todo y su gravedad. ¿Estará todo esto en el mal escrito “Plan de la Patria”?

Mañana serán las elecciones y los opositores triunfarán y la gente del gobierno se verá empantanada en dudas. Unos se reafirmarán en esta mencionada “lógica” del poder. Otros, muchos, entrarán en crisis existenciales, en cuestionamiento de lo que se ven obligados a hacer, atrapados en ella y en los mezquinos sueldos que muchos reciben.