¿DÓNDE ESTÁ EL FRAUDE?

Arnaldo Esté

arnaldoeste@gmail.com

@perroalzao


El Consejo Nacional Electoral puede ser muchas cosas, menos inocente.

El fraude no está en las máquinas o programas. En las cuentas y números.

La Constitución y las leyes correspondientes establecen los deberes y obligaciones del CNE y prohíben muy explícitamente el uso de los recursos del Estado para propiciar o favorecer una parcialidad política durante o antes de los procesos electorales. Entre otras cosas se establece el peculado de uso.

Todo el tiempo, medios de comunicación: televisoras, radiodifusoras, periódicos impresos o digitales, propiedad del Estado, son usados para propaganda política abierta o encubierta del partido que gobierna, sus dirigentes, organizaciones y proyecto. A ello lo acompaña la exclusión de sus programas de personajes o líderes que no compartan sus posiciones. Esto es lo que hemos llamado el fraude-lento.

El propio día de las elecciones ha sido común el uso de transportes públicos para el traslado de eventuales votantes y el uso por medios abiertos o sutiles de la intimidación o amenaza a los eventuales votantes de oposición.

El CNE tiene el deber de intervenir y sancionar e esos casos. No hacerlo es delito y complicidad.

Pero las cosas no se quedan allí. El ejemplo de las instituciones públicas se traduce en valores. En este caso legitima la triquiñuela, el derecho del más vivo y poderoso a violar las normas. Es dañina perversión: daños a largo plazo que, por cierto, vienen de antes, de tiempos y períodos anteriores a la cuarta república.

La reconstrucción del país, cada día más necesaria en el cuadro del desastre y derrumbe cotidiano, ha de ser, fundamentalmente ético. Es la construcción de una conciencia y valores que se exprese en profundización de la demás. Será la tarea de todos, incluyendo aquellos personajes del CNE se hacen la vista difusa y desconcentrada.

Hemos planteado a la par de otros que crecen en número, la necesidad de ir, luego del esperado triunfo electoral de los opositores, hacia una concertación, hacia unidad de todos, incluyendo sectores y personajes del actual gobierno, en una coalición, en un gobierno de coalición y en un integración y eventual cohesión de toda la nación en torno a esas necesarias acciones y programas de reconstrucción.

Aun cuando esa idea ha crecido en cuerpo y profundidad, el farrago electoral, las fidelidades juradas y los bienes y poderes tenidos más el temor a perderlos, hace que esa idea, que esta propuesta suene imposible. Y ciertamente, es difícil aceptarla y militar en ella. Pero es imprescindible.


Wagensberg Ley Orgánica de Procesos Electorales Artículo 75. Artículo 76. Artículo 79 Artículo 85 Ley contra la Corrupción que entró en vigencia con su publicación en la Gaceta Oficial N° 5.637 Extraordinaria de fecha 07 de abril de 2003 con la cual fue derogada la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público vigente desde el 23 de diciembre de 1982 con su publicación en la Gaceta Oficial N° 3.077 Extraordinaria.