FINANCIAMIENTOS Y NEGOCIACIÓN

ARNALDO ESTÉ

arnaldoeste@gmail.com

@perroalzao


El agotamiento económico y las carencias acorralan tanto al gobierno como a todo el país.

Habrá que buscar empréstitos, habrá que salir a mendigar. Y luego, habrá que saber manejar esos dineros.

Ya algunos especialistas han adelantado que esos empréstitos, que implican graves compromisos, tendrán que ser aprobados por la Asamblea Nacional.

Es otro territorio, tal vez urgente, para la negociación.

Así como esto, se dan cada día las afloraciones de la Crisis General: maestros pidiendo salarios justos, masacres mafiosas y con complicidades oscuras de mineros, trancas por el aumento de pasajes, lenguaje y represiones cada vez más desesperado y violento de algunos oficiales, violencia callejera creciente, apagones, desagües de agua y moral… Es decir, muestras de muy graves problemas que no podrán ser resueltos por una parcialidad política y que caerán sobre las espaldas, que se tornarán culpables, de los gobernantes actuales o sustitutos de estos.

Pero no es solo el costo político del desastre. Mucho, mucho más grave es el costo social y ético: un país entrado en descomposición.

Insisto en la necesaria negociación, algo así como “tú me apruebas los fiaos y yo te apruebo la amnistía. Yo renuncio pero integramos una coalición. Buscamos o producimos alimentos y medicinas pero entre todos. Asumimos la educación como un asunto de estado, de toda la nación. Equilibramos la composición de los poderes y constituimos una justicia justa, imparcial, autónoma y ejemplar”.

Hago estos enunciados casi como caricaturas, como tareas para la casa, para subrayar su posibilidades, su necesidad, su inminencia y que debería ser el curso político del gobierno, los opositores y los ni-ni.

La iniciativa puede partir del gobierno, de la oposición o de un tercero.

La evidencia de su necesidad acompaña los acontecimientos negativos, que se intensifican y profundizan cada día y que, como en el caso de los mineros, pueden descubrir su profundidad y peligro.