FENOMENOLOGÍA DEL PENSAR

Arnaldo Esté

tebasucv@cantv.net


¿Cómo es que funciona eso que nos constituye, que es inevitable y permanente? ¿Que nos ofusca, llena de temor o alegría, nos aliviana o compromete?

Es cosa única y a la vez común que a veces cobra una suerte de curso vinculado a señas o a señas convenidas, a lenguajes pero que lo más del tiempo no es discernible como “curso”. Simplemente ocurre.

Pareciera que esa ocurrencia fuera ubicable y los cererbrocentristas no sólo lo ubican en el cerebro si no es espacios o fluidos en éste. Pero a medida que penetramos en esos espacios se nos evaden y, a falta de otras cosas se las llama flujos eléctricos mas o menos eficientes gracias a “neuroconductores”, suerte de lubricantes que los aceleran o retardan.

Pero las preguntas surgen tanto sobre la calidad en sí de esos flujos eléctricos como de la calidad y efectos de los neurotransmisores.

Se complica la cosa más cuando leemos que hay células que generan fluidos (y ellos podrían ser de diferente calidad) y de manera similar los neurotransmisores son producidos por células y que también pueden variar en su calidad.

A la vez, hay cosas llamadas hormonas que son producidas en muchos lugares y células y que tiene una gran capacidad para influir en las calidades de los fluidos eléctricos y los neuroconductores.

A lo anterior se agrega la velocidad variable a vences lenta a veces tan rápida que parece simultáneos las emisiones, recepciones y respuestas.

Lo anterior me lleva a pensar que el abordaje fisiológico del pensar y a la vez del cuerpo humano es proyector y reductor. La misma palabra fenomenología nos resulta apresante.

Veamos la acepción enciclopédica de estos términos:

Cerebro

En los vertebrados el cerebro se encuentra ubicado en la cabeza, protegido por el cráneo y en cercanías de los aparatos sensoriales primarios de visión, oído, olfato, gusto y sentido del equilibrio.

Los cerebros son sumamente complejos. La complejidad de este órgano emerge por la naturaleza de la unidad que nutre su funcionamiento: la neurona. Estas se comunican entre sí por medio de largas fibras protoplasmáticas llamadas axones, que transmiten trenes de pulsos de señales denominados potenciales de acción a partes distantes del cerebro o del cuerpo depositándolas en células receptoras específicas.

La función biológica más importante que realiza el cerebro es administrar los recursos energéticos de los que dispone el animal para fomentar comportamientos basados en la economía de su supervivencia. En base a esto emergen comportamientos que promueven, lo que nosotros denominamos 'bienestar', pero que el animal sencillamente observa como la acción menos costosa que le permite continuar viviendo su presente.

Los cerebros controlan el comportamiento activando músculos, o produciendo la secreción de químicos tales como hormonas. Aún organismos unicelulares pueden ser capaces de obtener información de su medio ambiente y actuar en respuesta a ello.

Las esponjas que no poseen un sistema nervioso central, son capaces de coordinar las contracciones de sus cuerpos y hasta su locomoción.

En el caso de los vertebrados, la espina dorsal contiene los circuitos neuronales capaces de generar respuestas reflejas y patrones motores simples tales como los necesarios para nadar o caminar. Sin embargo, el comportamiento sofisticado basado en el procesamiento de señales sensitorias complejas requiere de las capacidades de integración de información con que cuenta un cerebro centralizado.

Astrocitos

Los astrocitos son las principales y más numerosas células gliales (de ahí que se les conozca también, genéricamente, como astroglía), sobre todo en los organismos más evolucionados. Se trata de células de linaje neuroectodérmico que asumen un elevado número de funciones clave para la realización de la actividad nerviosa. Derivan de las células encargadas de dirigir la migración de precursores durante el desarrollo (glía radial) y se originan en las primeras etapas del desarrollo del sistema nervioso central.

Caracterización

Los astrocitos están directamente asociados tanto a las neuronas como al resto del organismo. Forman la llamada glia limitans, esto es, la frontera entre el organismo y el sistema nervioso central, junto con su lámina basal asociada. Están comunicados entre sí por medio de uniones de intervalo.

Se encargan de aspectos básicos para el mantenimiento de la función neuronal, entrelazándose alrededor de la neurona para formar una red de sostén, y actuando así como una barrera filtradora entre la sangre y la neurona, la barrera hematoencefálica, que contiene regiones especializadas de alta conductancia que controlan el paso de nutrientes, oxígeno, vitaminas y hormonas hacia el tejido nervioso.

Cuando existe destrucción neuronal (por ejemplo, tras sufrir un accidente cerebro-vascular), también actúan como liberadores del factor de crecimiento nervioso que, a modo de abono biológico, facilita la regeneración de las conexiones neuronales.

Su morfología (como indica su nombre) recuerda a una estrella por la gran cantidad de prolongaciones llamadas pies que irradian del soma hacia células vecinas.

Funcionamiento

Algunas de estas prolongaciones están en contacto con un vaso sanguíneo (capilar) formando podocitos (también llamados procesos pediculares o pies perivasculares), o también pueden rodear las sinapsis nerviosas.

El núcleo de los astrocitos es más claro que el de otras células de la glía, y el citoplasma contiene numerosos gránulos de glucógeno y filamentos intermedios, compuestos de GFAP (proteína ácida fibrilar glial), que sólo se encuentran en astrocitos.

Los astrocitos expresan en su membrana un gran número de receptores de distintos transmisores que, al activarse, generan aumento de calcio intracelular; gracias a ello, pueden responder a distintos neurotransmisores (glutamato, GABA, acetilcolina, noradrenalina, óxido nítrico...) liberados por las neuronas cerebrales. A su vez, los astrocitos pueden también liberar neurotransmisores químicos.

La transmisión de señales eléctricas en los astrocitos se da gracias a la molécula mensajera IP3 y el calcio. La IP3 activa los canales de calcio en los orgánulos celulares, liberándolo en el citoplasma del astrocito. Los iones de calcio así liberados estimulan la producción de más IP3 y el efecto neto es una onda eléctrica que se propaga de astrocito a astrocito. A nivel extracelular es la liberación de ATP, y la consecuente activación de receptoras purinergicos de los astrocitos vecinos, la que interviene y media la comunicación.

Tras la labor de Ramón y Cajal, se reconoció a los astrocitos una función activa en la fisiología neuronal, cuando antes se veían como meros rellenos de la función glial.

En la actualidad, se sabe que desempeñan una importante función en varios aspectos del desarrollo, metabolismo y patología del sistema nervioso: son esenciales en el soporte trófico y metabólico de las neuronas, la supervivencia, la diferenciación y guía neuronal, la génesis de las sinapsis y la homeostasis cerebral.

Los astrocitos muestran, también, excitabilidad celular manifestada en variaciones intracelulares del ion calcio que conlleva un aumento de la concentración citoplasmática de calcio. Esta señal de calcio puede propagarse en el interior celular o bien propagarse en otros astrocitos a modo de onda de calcio.

Según se desprende de algunos estudios, hay conexión entre neuronas y astrocitos: los neurotransmisores liberados por las terminales sinápticas pueden activar los receptores que tienen los astrocitos en su membrana, desencadenándose una señal de calcio, la cual puede dar como respuesta celular, entre otras, una liberación de gliotransmisores. Algunas funciones concretas son las siguientes:

Tipos

Se pueden distinguir dos clases principales de Astrocitos:

Notas

    1. De una de las tres regiones diferenciadas del embrión: el ectodermo (las otras dos son el endodermo y el mesodermo).


      BIBLIOGRAFÍA

        • Gómez Nicola, Diego y Manuel Nieto Sampedro, "Glía reactiva", Mente y Cerebro, 32, 2008, págs. 78-87.

        • Perea, Gertrudis y Alfonso Araque, "Sinapsis tripartita", Mente y cerebro, 27, 2007, págs. 50-55.

      Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Astrocito.stm


      Neurotransmisión

      La sinapsis permite a las neuronas comunicarse entre sí, transformando una señal eléctrica en otra química.

      La transmisión de la información (Comentario: ¿Es información lo que se transmite?) dentro del cerebro así como sus aferencias se produce mediante la actividad de sustancias denominadas neurotransmisores, sustancias capaces de provocar la transmisión del impulso nervioso. Estos neurotransmisores se reciben en las dendritas y se emiten en los axones. El cerebro usa la energía bioquímica procedente del metabolismo celular como desencadenante de las reacciones neuronales (¿Qué cosas intervienen en el metabolismo celular?).

      Cada neurona pertenece a una región metabólica encargada de compensar la deficiencia o exceso de cargas en otras neuronas. Se puede decir que el proceso se ha completado cuando la región afectada deja de ser activa. Cuando la activación de una región tiene como consecuencia la activación de otra diferente, se puede decir que entre ambas regiones ha habido un intercambio biomolecular. Todos los resultados y reacciones desencadenantes son transmitidos por neurotransmisores (Como es la calidad de los neurotraansmisores?), y el alcance de dicha reacción puede ser inmediata (afecta directamente a otras neuronas pertenecientes a la misma región de proceso), local (afecta a otra región de proceso ajena a la inicial) y/o global (afecta a todo el sistema nervioso).

      Dada la naturaleza de la electricidad en el cerebro, se ha convenido en llamarlo bioelectricidad. El comportamiento de la electricidad es esencialmente igual tanto en un conductor de cobre como en los axones neuronales, si bien lo que porta la carga dentro del sistema nervioso es lo que hace diferente el funcionamiento entre ambos sistemas de conducción eléctrica. En el caso del sistema nervioso, lo porta el neurotransmisor.

      Un neurotransmisor es una molécula en estado de transición, con déficit o superávit de cargas. Este estado de transición le da un tiempo máximo de estabilidad de unas cuantas vibraciones moleculares. Durante ese tiempo, la molécula ha de acoplarse al receptor postsináptico adecuado, caso contrario degrada y queda como residuo en el líquido cefalorraquídeo. Los astrocitos se encargan de limpiar dicho fluido de estos desechos, permitiendo que las futuras neurotransmisiones no se vean interferidas.

      El agotamiento somático de la neurona acontece en el momento que las producciones de vesículas con neurotransmisores es inferior a las vesículas presinápticas usadas, llegando a existir potenciales de acción pero sin haber vesículas disponibles para continuar con el proceso. Estos casos se dan muy frecuentemente en los procesos de aprendizaje, en donde la neurona ha de invertir un alto coste en neurotransmisores para que pueda existir una recepción óptima por alguna dendrita cercana y especializada en procesar esa información. Los potenciales de acción no transmitidos, producen iones de calcio en el medio, saturándolo de este ion que es capaz de facilitar la conducción eléctrica. Elevados los índices de este ion, el potencial eléctrico tiene mayor probabilidad de dar el salto a una dendrita cercana, y mediante las fuerzas electrostáticas, mejorar la cercanía entre axón-dendrita, disminuyendo la resistencia y los iones de calcio necesarios en el medio cefalorraquídeo (¿De dónde procede el ion de calcio’).

      De este modo, el esquema de funcionamiento sería el siguiente: la neurona A demanda paquete de energía, la neurona B recibe el estímulo. La neurona B procesa paquete de energía, la neurona B emite paquete de energía con carga eléctrica. El paquete es transmitido por el cuerpo del axón (¿Cómo es la calidad del cuerpo del axón) gracias al recubrimiento lipídico de mielina, y es llevado hasta la dendrita de la neurona A que tiene por costumbre recibir ese tipo de paquetes. El triaxón de la neurona B libera el paquete y la neurona A lo descompone y así sucesivamente.


      PLASTICIDAD NEURONAL

      Introducción

      El cerebro es considerado, entonces, como un órgano extremadamente dinámico en permanente relación con el ambiente, por un lado, y con los hechos psíquicos o los actos del sujeto, por otro. Esto demuestra que la red neuronal es extremadamente sensible a los cambios y a la contingencia. La interacción de los diferentes acontecimientos acaecidos en las distintas zonas de la psiquis, modula el acontecimiento y las potencialidades de la experiencia, que siempre pueden modificar el estado anterior.

      Generalidades

      Toda célula posee propiedades electrolíticas (al estilo de la batería de un coche), reguladas por iones comunes al ambiente y zona de su localización dentro del sistema homeostático. La forma y manera que el medio tiene de satisfacer las diferencias de potencial que aparecen entre el medio y el interior celular se compensan por la precipitación de ciertas moléculas ionizadas que se acoplan en la membrana plasmática. La interacción entre estas moléculas y la membrana, tiene como efecto la emergencia de la propiedad denominada Permeabilidad selectiva, creando una apertura denominada puert. Dependiendo de la molécula desionizante que se acople a ese receptor ionizado, junto con otras variables del medio, la célula recibirá un tipo de información concreta que le indicará el tipo de proteína a codificar. Este tipo de información se denomina señal de pervivencia.Sin estas señales, un programa genético sano codificará la información que provocará la muerte celular-idad neuronal.

      De Wikipedia, la enciclopedia libre


      Microscopía de una neurona piramidal.

      La plasticidad neuronal, también denominada neuroplasticidad, plasticidad neural o plasticidad sináptica, es la propiedad que emerge de la naturaleza y funcionamiento de las neuronas cuando éstas establecen comunicación, y que modula la percepción de los estímulos con el medio, tanto los que entran como los que salen. Esta dinámica deja una huella al tiempo que modifica la eficacia de la transferencia de la información a nivel de los elementos más finos del sistema. Dichas huellas son los elementos de construcción de la cosmovisión, en donde lo anterior modifica la percepción de lo siguiente. O también una neurona pastica (Comentario: La eficiencia funcional del sistema nervioso o, mas específicamente, de sus células sólo os habla de su calidad como circuito. Creo que la cosa va mas allá, que esa calidad se refleja en el pensamiento y que además, refleja la calidad corpórea integral. Que buena parte de los terminales sensoriales se encuentren cerca del cerebro nos hace pensar que es en éste donde reside el pensamiento.)

      Es el proceso en cuya virtud las neuronas, gracias a las propiedades intrínsecas a su membrana, se hallan capacitadas para sumar distintas entradas excitadoras e inhibidoras y elaborar una respuesta en función de ellas.

      Una sola neurona puede integrar entre 10.000 y 15.000 conexiones, todas procedentes de otras neuronas y/o células gliales. Si todo el cerebro cuenta con 100.000 millones de neuronas promedio, el promedio de sinapsis existente en un cerebro humano es de una simple regla de tres, cuyo número deja de tener significado en la escala humana.

      Por el mismo principio que gobierna la electricidad estática que existe entre un bolígrafo de plástico y un trozo de papel, las conexiones entre dendritas y axones aumentan el éxito de sinapsis. Por el mismo principio, si el bolígrafo no repone su carga estática en un tiempo adecuado, el papel tenderá a alejarse del bolígrafo por la propia dinámica del medio. La proximidad entre dendritas y axones dependen de la frecuencia con la que la sinápsis se realice.

      Las sinapsis que forman las dendritas y los axones no tienen una programación genética predeterminada, de hecho, el nivel de expresión de un gen dado puede estar determinado por las particularidades de la experiencia. La disposición genética predispone ciertas tendencias a la interconexión. Se puede decir que la genética nos predispone para adaptarnos a la dinámica determinista del medio (Comentario: Se puede pensar que las posibilidades conectivas son infinitas, pero también que su calidad varía. El pensamiento bien puede moverse entre los dos campos: de conectividad y de calidad de lo transmitido. La calidad de lo transmitido y la misma conectividad tendrían que ver con la condición corpórea: lo que han llamado energía, karma, aura.)

      Durante la maduración del feto, las células nerviosas experimentan la misma dinámica plástica basada en la neurotransmisión primaria y secundaria ya descrita, no obstante, al ir madurando aquellas partes de la red que dependen de factores internos principalmente repetitivos (latidos del corazón, respiración, temperatura del cuerpo, etc.) estas redes establecen enlaces desde el feto, conectando los órganos según van estimulando la red nerviosa de la cual dependen, haciendo perdurable dicha conexión por estos ciclos